Unas vacaciones para no olvidar…
Todo comenzó con mí cumple de 15, (que lo redacté en entradas anteriores) y continuó con el regalo por parte de mis abuelos: un paseo a las Termas del Daymán (Salto). Fui con mis primos, que vinieron de Australia a pasar las fiestas en Uruguay, y un chico que invitó mi prima Mariu al que yo hasta el momento no conocía.
El trayecto era largo (5 horas aproximadamente), por supuesto para que no lo pareciera tanto encendí mi MP4 a escuchar Tokio Hotel, cuando de pronto del asiento en que venía mi prima con el chico (que resultó llamarse Kevin) comienza a sonar “Automatic” de Tokio Hotel. Señal de alarma, viajaba con un tokito XD
De ahí en más Kevin fue mi aliado de travesuras, charlas compartidas y mucha diversión.
Ya en Salto pasaron muchas cosas: Nos perdimos; quedamos encerrados en el ascensor del hotel tras un corte de luz, mientras mi primo Sergio que había bajado por las escaleras se mataba de la risa en tanto nosotros gritábamos “¡QUEREMOS SALIIIIIIIIIIIIIIIRRRRRR MIERDA, SHIT!”, debajo de mi cama había instalado un zoológico donde las especies que predominaban eran arañas y cucarachas. No daré el nombre del hotel, para no herir la sensibilidad de nadie, desde entonces lo llamamos “hotel solar del terror” XD
Lugar recomendable, inolvidable y divertido el parque acuático Horacio Quiroga, donde salté, me zambullí como pez en el agua en todas las piscinas habidas y por haber. Lo mejor para Kevin y para mi “La anaconda” (el túnel negro que se puede ver en la siguiente foto).
Como aderezo de este paseo fue la aparición de una turista cuyo lenguaje no iba más de: “Puro ocio”, “o sea no”, “lo quiero, lo quiero”, y lo que más nos impactó a Kevin y a mí fue su postura de crítica musical cuando dijo con voz de pito “Tokio hotel es puro comercial” Grrrrr. Hubieron otras expresiones guturales que me encantaría compartir con ustedes, pero me es imposible reproducirlo por escrito.
A todo esto, la chica había puesto el ojo en mi primo, y él en ella, lo que despertó nuestra picardía y todo el resto de la estadía en Salto nos la pasamos bromeando con el tema.
Para finalizar, dejo de recuerdo la banda sonora de esta historia (interpretada por Kevin) que acompañó todo el recorrido (o sea otras 5 horas) de regreso a Montevideo.
Agradezco al conductor, guarda y pasajeros del ómnibus que no nos bajasen en el medio del camino.
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Todo comenzó con mí cumple de 15, (que lo redacté en entradas anteriores) y continuó con el regalo por parte de mis abuelos: un paseo a las Termas del Daymán (Salto). Fui con mis primos, que vinieron de Australia a pasar las fiestas en Uruguay, y un chico que invitó mi prima Mariu al que yo hasta el momento no conocía.
El trayecto era largo (5 horas aproximadamente), por supuesto para que no lo pareciera tanto encendí mi MP4 a escuchar Tokio Hotel, cuando de pronto del asiento en que venía mi prima con el chico (que resultó llamarse Kevin) comienza a sonar “Automatic” de Tokio Hotel. Señal de alarma, viajaba con un tokito XD
De ahí en más Kevin fue mi aliado de travesuras, charlas compartidas y mucha diversión.
Ya en Salto pasaron muchas cosas: Nos perdimos; quedamos encerrados en el ascensor del hotel tras un corte de luz, mientras mi primo Sergio que había bajado por las escaleras se mataba de la risa en tanto nosotros gritábamos “¡QUEREMOS SALIIIIIIIIIIIIIIIRRRRRR MIERDA, SHIT!”, debajo de mi cama había instalado un zoológico donde las especies que predominaban eran arañas y cucarachas. No daré el nombre del hotel, para no herir la sensibilidad de nadie, desde entonces lo llamamos “hotel solar del terror” XD
Lugar recomendable, inolvidable y divertido el parque acuático Horacio Quiroga, donde salté, me zambullí como pez en el agua en todas las piscinas habidas y por haber. Lo mejor para Kevin y para mi “La anaconda” (el túnel negro que se puede ver en la siguiente foto).
Como aderezo de este paseo fue la aparición de una turista cuyo lenguaje no iba más de: “Puro ocio”, “o sea no”, “lo quiero, lo quiero”, y lo que más nos impactó a Kevin y a mí fue su postura de crítica musical cuando dijo con voz de pito “Tokio hotel es puro comercial” Grrrrr. Hubieron otras expresiones guturales que me encantaría compartir con ustedes, pero me es imposible reproducirlo por escrito.
A todo esto, la chica había puesto el ojo en mi primo, y él en ella, lo que despertó nuestra picardía y todo el resto de la estadía en Salto nos la pasamos bromeando con el tema.
(No lo dejábamos ni dormir tranquilo con nuestras bromas)
Para finalizar, dejo de recuerdo la banda sonora de esta historia (interpretada por Kevin) que acompañó todo el recorrido (o sea otras 5 horas) de regreso a Montevideo.
Agradezco al conductor, guarda y pasajeros del ómnibus que no nos bajasen en el medio del camino.