Próximo a las fiestas, todos desesperan por comprar sus regalos. Tiendas, shoppings, ferias y centros comerciales son un tumulto de gente. Si bien esto puede llegar a ser una incomodidad, pensemos en como les afecta a Papá Noel y los Reyes Magos.
Cierta vez, los cuatro se han encontrado en un comercio de reventa de artículos usados y de segunda mano (era más barato, no es fácil cumplir con tantos pedidos). Casualmente estaban buscando una bata reforzada de color sepia con calaveras violetas talle XXXXXXXXXXXXXXXL.
Colgada de una percha, bastante escondida entre otras prendas de vestir, se hallaba una bata con características similares a la que buscaban.
Melchor mirando sorprendido a sus dos compañeros dijo:
- ¡Ahí está!
Pero antes de que ellos pudieran tomarla y cumplir con su pedido, escucharon:
- Jo, jo, jo ¡Esto es lo que me pidieron!
Y aventajándolos, Papá Noel se tiró sobre la bata.
Los Reyes Magos se miraron indignados. No se sabe cuál de los tres gritó:
- Esa bata es nuestra ¡Gordo!
- ¿Y eso quién lo dice? - protestó.
- ¡Yo, Melchor, Rey Mago! necesito esa bata para cumplir con el pedido de Renata Sinbata, de la ciudad Batisónica.
- Pero se supone que yo tengo prioridad. Tengo que entregar los regalos antes que ustedes y yo tengo una listita de una tal Renata Sinbata de la ciudad Batisónica que me la pide.
-¿Pero como es esto posible? ¿Con ese talle no la querrás para vos? - protestó Gaspar.
Y ahí comenzó una lucha cuerpo a cuerpo donde coronas, barbas, bolsas y capas se revolcaban en el piso, en tanto afuera, renos y camellos se fueron por ahí aburridos de esperar.
Mientras sucedía todo esto, una señora observaba la bata, mientras exclamaba:
- ¡Genial! Hay suficiente tela como para forrar mis almohadones.
Y sin decir mas tomó la bata, la pasó por caja, abonó y se fue satisfecha con su compra.
Ese año Renata Sinbata de la ciudad Batisónica, no tuvo regalo de navidad ni de reyes. La próxima vez será, pensó, mientras calmaba su decepción con un guiso de lentejas.
Más regalitos en lo de Judith