Un loco amor de verano

Llegamos a una cabaña parecida a la nuestra (Paredes de madera y techos de paja, nada de galletitas, chocolates ni merengue – Por desgracia porque a esa hora ya las tripas nos hacían ruido-)
Con timidez dimos tres golpes a la puerta… nadie abrió,
Tres golpes más… Igual respuesta
Seis patadas y tres gritos - ¿Hay alguien ahí?
Respuesta:- ¡Mierda!
La puerta se abrió, un chico de rastas, piercing y ropa tres talles más grandes que él se asomó vociferando.
- ¿Quién mierda jode a esta hora!?
Yo me asusté, en tanto Winny reaccionó de una manera muy distinta.
- ¿No es un amor?
Le pegué un pisotón, ella pegó un grito y él casi nos pega a las dos. Por suerte alguien gritó detrás:
- ¿Quién es?
A lo que respondimos mi amiga y yo a coro:
- Nosotras!
Claro, nosotras no era nada para dos desconocidos, o era mucho para dos chicas perdidas en tan solitario lugar.
Enseguida “la voz” se asomó con curiosidad, y resultó que “la voz” era un chico alto, delgado de cabello negro…
- ¿No es un amor?
(Esa fui yo)

Admito que tuvimos miedo, pero también admito que la situación parecía de sueño.
El segundo chico, más amable que el primero nos invitó a pasar.
Rápidamente los pusimos al tanto de nuestro inconveniente y considerando que mis abuelos estarían preocupados resolvieron acompañarnos y buscar el camino de regreso.
El recorrido fue divertido porque en realidad ninguno de los cuatro tenía idea de cómo llegar.
- ¡A la derecha!
- No, a la izquierda!
- ¡Al este!
- ¡Al oeste!... ¡Mierda!
La cuestión es que el arbolito de tronco retorcido semejante a un esqueleto se encontraba siempre en nuestro camino (O todos los arbolitos eran iguales, o estábamos siempre en el mismo lugar) nos acordamos de las brujas de Blair, lo que nos provocó miedo y ansiedad.
El chico de las rastas que se llamaba Tom, se detuvo, muy serio, se chupó el dedo índice y señaló al cielo, aseguró que eso era más efectivo que una brújula y convencido dijo:
- ¡Por allá!
El otro chico nada convencido dijo:
- Entonces, vamos para el lado opuesto!
Y así lo hicimos.

Después de un rato de caminar llegamos.

Continuará...