Hacía treinta noches que Hannes tenía extraños sueños. Sospechaba que podía ser producto de la ingesta de cierta infusión con miel que solía beber antes de irse a dormir. Precisamente acababa de dejar la taza de té sobre su mesa de luz y ya empezaba a sentir el efecto. Una profunda somnolencia lo tumbaba en la cama. Hannes tenía por seguro que esos sueños iban más allá de lo onírico, estaba convencido que en realidad traspasaba el umbral del tiempo, hasta llegar, cada noche, a una época lejana…
Hannes se dio media vuelta en la cama, estaba desnudo y a su
lado se encontraba una exuberante mujer de cabellos rubios y enrulados, labios
con forma de corazón y ojos verde esmeralda. Confundido al ver a la chica (pues
juraba haberse ido a dormir solo) se enrolló en las sábanas.
-
- ¿Ya te vas querido? – le preguntó la extraña
dama – Si gustas puedes quedarte más, pues, mi marido se ha ido de cacería al
bosque.
-
- Está bien – respondió Hannes viendo que viajar
en el túnel del tiempo tenía sus ventajas – me quedaré contigo.
Con su acostumbrada destreza el muchacho trepó a la antigua
araña de techo con caireles de cristal y desde ahí haciendo alarde de su
masculinidad hizo el “salto del tigre”, con tan mala suerte que fue a dar
encima de la despampánate rubia con araña
y todo.
En eso una voz algo aflautada provenía desde el pasillo que
daba al dormitorio:
-
- ¡Macarena La Nena Sin Gloria Ni Pena!
¡Llegueeeeeeee! Regresé porque había mucho viento y me despeinaba. Ya sabes, no
me gusta andar desalineado.
Entre aquél enredo de caireles Hannes sintió preocupación, estaba
a punto de ser descubierto en un momento muy engorroso, en tanto la reina algo
aturdida por su aterrizaje forzoso comenzó a gritar con voz de pito.
-
- ¡Llegó Arnoldo Sin Toldo XIV, o sea mi marido!
Ambos se miraron horrorizados, Hannes temió lo peor, tal vez
el rey lo hiciera encerrar de por vida en un oscuro calabozo inmovilizado por
grilletes de hierro amarrados a sus tobillos o fuera desafiado a batirse en
duelo, o lo peor, enviado a la guillotina.
Fue en ese momento de desesperación cuando el rey entró a la
habitación y lo vio. Lejos de reaccionar como suponía, Arnoldo Sin Toldo XIV lo contempló con mirada
libidinosa y muy sonriente le hizo un guiño diciéndole:
-
- ¡Ay papito! ¿No te lastimaste?
Muy comedido, el rey lo ayudó a desenredar los caireles de
su cuerpo, mientras la rubia miraba la escena bostezando.
Amanecía. Un rayo de sol le daba en un ojo. Hannes despertó
en su habitación. Tenía el cuerpo dolorido y una extraña sensación de placidez.
Trató de recordar que había sucedido, sabía que una vez más había traspasado el
tiempo. Vagas imágenes llegaban hasta él, pero una en especial lo
intranquilizaba. Azorado miró a su costado, sentía que alguien lo observaba fijamente. Se incorporó de
inmediato y allí estaba el mismísimo rey de Hundidos y Perdidos, Don Arnoldo
Leopoldo Sin Toldo XIV, que había, no se sabe cómo, viajado en el tiempo.
-
- Ay tesoro, no te levantes… El desayuno lo traigo
yo – le dijo el visitante.
Decididamente Hannes no tomaría más té de miel antes de
dormir.
Gracias Gaby* por las imágenes
18 Locuras:
Sin duda, Hannes preferiría repetir su encuentro con Mara Laira.
Si tu personaje quiere ayuda, la mando ya mismo.
Que relato mas chulo, me hace hecho reir un rato.
Entre Arnoldo y Macarena, jajaja. Lo dicho que habrá que viajar en el tiempo o no....
Un beso.
Pues va a ser que no. Vaya sueño más real; aunque el final no le gustó mucho.
Muy divertido
Un abrazo
Que historia más divertida!!! me ha gustado el viaje al pasado de Hannes.
Lástima que lo hayan pillado "in fraganti".Aunque, parece que al Arnoldo no importarle demasiado.
Saludos entrañables.
De ese viaje se trajo un regalito. No creo que haya quedado muy satisfecho con el Don Arnoldo Leopoldo, imagino que hubiese preferido a la chica. =) Encantador relato, me gustó ese toque de humor.
Saluditos y gracias por acompañarme.
jajaja me imagino e habrá servido la lección!
=D
Jajajajaja me morí de risa!!! Qué buen relato, con ese toque de humor y locura que tanto me gusta! Y bueno por lo menos le hacen el desayuno!
Un beso =)
Una gran cuota de humor en tu viaje por el tiempo ¡loquita!!!
...Y en ese momento, apareció Mara Laira, una conocida de Hannes, con quien había tenido un encuentro casual mientras estaba en una misión.
Arnoldo sin Toldo pensó en pedir que se retirara, para quedarse con Hannes. Pero le gustó su tan especial pelo azul. Lo cual fue notado por la astuta Mara Laira, que lo entretuvo hablando del cuidado del pelo, las lociones que usaba.
Hannes aprovechó para huir por una ventana, llevandose algo de ropa, para ponerse apresuradamente.
Un momento después, fue alcanzado por la mujer virtual más popular de la blogosfera, quien había dejado al rey haciendo una rutina de ejercicios.
Y ambos se fueron para una misión, hasta que se le pasara el efecto, que había traído a Arnoldo hasta la presencia de Hannes.
Prometido y cumplido. Le envié a Mara Laira.
Jajajajaja, es la dimensión más divertida de las que he leido Loquita.
Ese no vuelve a tomar nada despues de las tres de la tarde jajjaja.
Besos llenos de alegría preciosa.
¡Me encanta Don Arnoldo Leopoldo Sin Toldo XIV! jajajajaj lo que tiene que ser despertarse y tenerlo al lado, sin mas dimensión que la almohada.
Un besazo
Una vez más Hannes y sus andanzas! Ya está tomando fama, y más porque sus historias no tienen desperdicio!
Me he reído mucho con el relato, desenfadado, con humor y con un final inesperado.
Siempre un gusto poder colaborar con tus relatos.
Besos!
Má*
Veo que la infusión era bastante alucinógena jajaja menos mal que se lo tomaba bien. Viajar en el tiempo y encontrarse con semejantes personajes una delicia.
Un beso
Me ha encantado el relato y esos nombres tan curiosos como divertidos que has puesto a los personajes y al reino.
Vaya sueño real que tuvo el pobre Hannes, ahora se ha convertido en el cortesano favorito del rey Arnoldo sin Toldo XIV, y no queda claro si le gustó el privilegio.
Un abrazo
Jajaja Loquita me reí mucho, con tu relato y tu imaginación. Yo tampoco tomare infusiones con miel.
Besitos.
Yo me pregunto: ¿No tendrá el Sr. Hannes inclinaciones no confesadas hacia personas de su propio sexo a las cuales solamente da libertad y salida en su onírico mundo de los sueños?. Si es así, mucho me temo que volverá a probar esa mágica infusión que lo transporta. El pobre S. Hannes se debate entre dos aguas.
Como siempre, divertida historia llena de fino humor.
Un fuerte abrazo.
ja ja,ja...Leopoldo sin toldo!!Me encantan los nombres que le pones a los personajes!Me he reído mucho imaginando la situación que describes, es un relato muy divertido.
Tienes una imaginación desbordante.
Un beso
No sé si se publicó el otro comentario...te decía que me encantan los nombres de tus personajes je je...Arnoldo sin toldo! Me he reído mucho imaginando la situación, es un relato muy divertido.
Un beso
Publicar un comentario